miércoles, 28 de mayo de 2014

De constelaciones y estrellas.

¿Alguna vez has pensado en mirar al cielo en busca de constelaciones no descubiertas? 

Conté los lunares que pasaban por su brazo mientras ella capturaba sueños con un cazamariposas. 
Mientras me decía "¡uno más!" y su voz sonaba a música, su risa a verso. Yo cerraba los ojos y dejaba escapar el humo de mi cigarro para que ella lo atrapase.

Entonces me daba la mano para volver al mundo real. En el mundo real, Ella seguía siendo mi estrella. 

Las cosas cambiaban cuando yo volvía y Ella no podía pedirme un sueño más.

Su luz iba atenuándose, aunque la siguiera cuidando y apretando con fuerza los ojos y las ganas de seguir brillando. Trataba de crear sus propios sueños para combustible a base de tabaco y dolor pero el sabor de esa gasolina era bastante amarga. Seguía prefiriendo los míos a su lado, dulces empalagosos y suaves de amor.

Mi submundo siempre estaba en calma y el suyo se agitaba. 

No podíamos unir submundos hasta que acabase un ciclo y, entonces, volvía a hacerla brillar. 

Ahora la miro desde mi submundo y pienso que este ciclo será el primero que acabe sin poder hacerla relucir. 

Y, en secreto, te voy a contar una cosa:

Me da miedo que nos dejemos de iluminar.

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